En esta semana con el lanzamiento de la campaña televisiva de Movistar he visto como existen dos claros bandos de personas en este país: los que quieren ver opciones y los que definitivamente no.
Los que quieren escoger tienen en Tuyo, Kölbi, Fullmóvil, Claro y Movistar una gama de opciones en precios, servicios y afines para decidir qué hacer y cómo comunicarse. Los que no, tranquilamente se quedarán con Kölbi hasta morir y hasta acá todo perfecto.
Lo que me da “gracia” es el grupito de personas (que por alguna casualidad siempre son los mismos), que se ofenden, enojan, enchichan, les da gastritis, no duermen, vomitan, lloran, patalean y pierden la paz porque el país quiere desarrollarse, crecer y alinearse con el mundo.
Es “vacilón” cómo se inventan todas las conspiraciones posibles, rebuscan la web para sacar los 4 o 5 artículos que desprestigien lo que sea y llenan las redes sociales de campañas y mensajes para “convencer” a los demás que su posición es la ÚNICA y ABSOLUTA verdad en el mundo.
Según estos movimientos el mundo vive en una precaria e insostenible pobreza por culpa de las telefonías, Argentina casi desaparece y el 20% de desempleo en España es culpa de ellos. En Somalia no comerán si nos cambiamos de empresa y en Costa Rica se extinguirá el gallo pinto.
En un país en el que nos jactamos de la libertad para hablar, decir y opinar, no veo la razón por la que el derecho a escoger sea tan satanizado. Acá nadie es menos o más “tico” por cambiar de servicio, así como nadie lo es por tener tarjeta de Scotiabank, Citi o Bac San José.
Culturalmente el “tico” necesita presión para superarse en todas las áreas de vida. Los novios son más románticos cuando andan “zopilotes” cerca, las personas maximizan su rendimiento a falta de un día de entrega del proyecto, se meten 3 libros en la cabeza un día antes del examen y hasta en futbol casi dejamos afuera al 4to lugar del mundo porque era la última oportunidad el último día.
La banca estatal tuvo que abrir los fines de semana y cerrar más tarde entre semana, tuvieron que crear plataformas electrónicas y mejorar su servicio al cliente, invertir más en comunicación y promociones… y ese “grupito” que la satanizó deben seguir creyendo que la plata en el Bac no sirve porque no es de nuestro Papi Estado Mayor de Costa Rica.
Sepamos ser libres y no siervos menguados de filosofías con miedos, de mentes cerradas y paradigmas tatuados en el ser costarricense. No creer que podemos sostener con leyes y reglamentos esta apertura es igual que no creer en nuestro país… ese mismo país que al parecer hemos vendido al diablo al buscar nuestro derecho a escoger.
