jueves, 4 de febrero de 2010

Que un voto no me separe...

En la época del famoso repechaje contra Uruguay, un periodista de ese país publicó un artículo bajo el nombre “Que el fútbol no distancie a ticos y uruguayos” (http://bit.ly/dh8bio), en el cual alabó las virtudes y similitudes entre nuestros hermosos países con el fin de que un lindo deporte no separara dos pueblos hermanos.

Esta “temporada” política se ha caracterizado por ser peculiar, extraña, y hasta irreverente. A nivel personal, lo que más he percibido es un empeño insaciable de poner a funcionar nuestro hígado (órgano que junto a la vesícula biliar están ligados a la ira, la cólera y la envidia) en cada debate callejero, opinión virtual, correo electrónico o simplemente en cada “post” del Messenger.

La línea entre la pasión y el fanatismo es muy leve al punto que en estos meses he visto como Costa Rica pasó de ser el país más feliz del mundo, al más ofensivo. Palabras como ladrón, “chavista”, vende patrias, marioneta, títere, intransigente, insoportable, fanático, idiota, bruto, vómito, odio, entre otras, han sido pan de todos los días.

Por eso hoy a dos días de las elecciones suplico:

Que un voto no me separe… de una amistad, de un conocido, de un vecino o de un compañero.

Que un voto no me separe… de lo lindo de la democracia y la bendición de ser costarricense.

Que un voto no me separe… de la cordura para aceptar una derrota o celebrar una victoria con respeto.

Que un voto no me separe… de la hermandad y la tolerancia ante ideologías que no comparto.

Que un voto no me separe… de la sapiencia para tomar una decisión.

Que un voto no me separe… de la familia, de las sonrisas, de los abrazos y de Dios.

Que un voto no me separe… de la alegría de esta fiesta patria y la credibilidad de su proceso.

Que un voto no me separe… de los blogs, de los chats, de los foros, de los chistes, de YouTube, de los mails.

Que un voto no me separe… del humor inteligente, de la crítica constructiva, de la objetividad de un comentario.

Que un voto no me separe… de NADIE a quien quiera por quien es y no porque no votará por mi candidato.

Que un voto no me separe… de mi mismo.