martes, 25 de enero de 2011

La clave es no “apegarse”…


Duelos, dolor, depresión, en algunos casos tristeza o lo que acá llamamos como “ahuevasón” o simple “come mierda” son los síntomas claros de algo que podría llamarse “exceso de apego”.

Cantaba Julio Iglesias “unos que nacen, otros morirán” y me hizo pensar en lo común que las personas estén un día y al otro no. No solo por los duelos de muerte, o por las rupturas con parejas… si no por los otros que nunca contamos: los amigos…

Esas personas que son confidentes, compañeros, consejeros… esas personas que saben tus secretos, que sufren tus penas y ríen tus alegrías… esos que dicen estar un día, esos que “nunca te mienten”, esos que son “hermanos y hermanas”…

Esos mismos que también tienen planes, que cambian, que se enamoran, que viajan, que se van, que te mienten, que te engañan, que te alejan, que se mueren (y no físicamente).

Luego de más de una experiencia de exceso de “unión” hacia una o dos personas descubrí esto: la clave es no “apegarse”. La clave es ser solo un compañero de vida, pero no creer que están para tu vida; la clave está en aprender que las personas te quieren como aprendieron a querer, no cómo querés que te quieran; la clave es nunca tener solo una versión de las cosas; la clave es ser egoísta de vez en cuando.

Quién es tu mejor amig@? Por qué? Qué ha hecho?... y la mejor pregunta de todas: Vos crees que tenés mejor amig@?... Cada uno tendrá su criterio y yo solo doy una opinión, un consejo o un comentario para evitar los síntomas del primer párrafo.

Mis amig@s han pasado por la prueba más complicada de todas: YO. Algunos me han superado, otros me siguen queriendo y otros, cómo dice un bolero famoso: “se me olvidó que te olvidé, a mi que nada se me olvida”.

Ustedes saben que los quiero… y los que leen esto y lo dudan: pregúntenme… y habrá otros que solos se contestarán porque también se les había olvidado que me olvidaron.