jueves, 7 de junio de 2012

Privilegios de los Empleados Públicos...

Dice Wikipedia que la envidia es: “…aquel sentimiento o estado mental en el cual existe dolor por no poseer uno mismo lo que tiene el otro”.

Como no sentir dolor cuando es completamente absurdo e inclusive injusto que seamos nosotros los empleados y empleadores privados los que legalmente estamos sosteniendo esta economía nacional.

 No puede ser posible que mientras algunos de nosotros trabajamos más tiempo efectivo, somos más puntuales, vacacionamos solo dos semanas y vivimos bajo mayores estándares de exigencia… a otros les pagan por llegar temprano, almuerzan por dos horas, toman café por obligación, pasan en redes sociales, juegan solitario, se van un mes de vacaciones y aparte de eso es imposible despedirlos si se equivocan porque los ampara la ley (que en este caso de justa no tiene nada).

Es por esta razón que no crecemos como país porque los gobiernos, en lugar de propiciar la exigencia, la responsabilidad laboral y la equidad de condiciones, le da cada día más herramientas a los sindicatos para defender lo que ellos llaman derechos, pero que con tres dedos de frente no son más que PRIVILEGIOS. Privilegios de los que ellos mismos se ven beneficiados.

Basta que algún empleado público pase al sector privado ya sea como empleado o empleador para escuchar comentarios parecidos a: “ay mae tan rico que me la tiraba antes…”, “ es que ahora estoy pyp…”, “mae no ve que si no le pongo me echan…”, etc…

Pasamos diciendo que “pobrecitos” los empleados de “a pie” como si todos estos trabajadores fueran ilustres ejemplos de esfuerzo y atención, pero en muchos casos son simples anclas del desarrollo… este barco jamás caminará con semejante pesa sujeta a la tierra y sobre todo con nuestra pésima y muy conocida actitud del “pobrecito”…

En tiempos en que luchamos por los derechos de todos, por la equidad de condiciones yo sería feliz con que también luchemos porque todos los empleados aportemos por partes iguales y que algunos dejen de quejarse y levantar huelgas por trivialidades como los 15 minutos de café…

 Es cierto no son todos, pero al que le cae el guante…