Sin que exista quien me entienda
aunque muchos comprenderán
soy amante de limpieza
de parar y fumigar
todo aquello que creemos
sin que exista la lealtad
es un brazo de maldad
aunque a veces los amemos
y el dolor es masoquista
porque sabe a placer
cuando no haya ni una pista
ni un recuerdo en tu saber
Sin que exista lo correcto
sin que Dios sea vigilante
yo disfruto del amante
que si logra buen efecto
e ironizo con los locos
falsos llenos de mentiras
que se creen como pocos
pero saben que terminan
con presura y mucho esfuerzo
la prematura labor
de explicar el amor
con algo más que un beso
Sin que exista quien comprenda
mi sonrisa pecadora
yo disfruto de la renta
de las chichas y el “ahora”
que me llena de placer
sin que exista quien lo apruebe
cuando veo lo que debe
el que cree hoy saber
y no sabe más que nada
y le duelen estas letras
porque sabe que saladas
son las huellas del esperma
pobre iluso proveedor
sin que exista quien lo sepa
sigue siempre en tu fervor
de ser más que una promesa.
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