Hoy me acordé del amor de niño. Ese amor que niega a toda costa a su pareja ya que tiene miedo que sus amigos le digan ¨ ¡Que asco MUJERES! ¨, miedo a que lo encuentren mientras le regala una manzana a la niña de sus sueños, miedo de que termine el día y así tener que despedirse de un beso de mejilla, un beso mas tierno que el amor consumado entre dos amantes.
Me acuerdo de los nervios y las risas, de las bromas en casa cuando tu mamá descubría que tus sueños tenían una musa. Esas bromas que lograban nuestra ira como escudo al vernos descubiertos y desnudos de corazón.
¿Te acuerdas acaso de aquel primer beso? Como te sentías al saber que esa persona que escogiste para ese momento tan significativo en tu vida estaba cada ves mas cerca, al punto de que tu corazón parecía que iba a explotar por dentro, al punto de que solo deseabas cerrar los ojos y dejarte llevar por ese ¨no se¨ que nos impulsa a cometer locuras en la vida, te acuerdas del sabor a gloria de esos labios que al igual que los tuyos temblaban de una emoción indescriptible, te acuerdas de la alegría de simplemente poder querer...
Miro por la ventana y al ver el cielo me acuerdo de todas esas veces en que lo miré para pedirle a Dios que me dejara simplemente hablarle, para pedirle una excusa y así poder verle los ojos mas lindos y profundos del mundo, una excusa para soñar un día mas y así despertar al día siguiente con la simple razón de querer vivir para vivir a su lado (aunque sea solo en sueños...).
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